“…Será en una isla, todos disfrazados. Tan solo estarán nuestros más íntimos amigos, todos comiendo juntos, compartiendo cada momento. Desde bien temprano a la orilla del mar y hasta que se esconda el sol, con música en vivo, todos bailando y disfrutando…”
Así me describían ellos como iba a ser su día.
Cinco meses después me encuentro en una Isla.
Faltan solo dos horas para que comience todo.
Bobby decora su barca: agrega flores, hojas. Con su tijera pule los detalles, busca la simetría.
Se hace tarde, lo llevo hasta el pueblo.
Minutos después me encuentro con Jenni y todo comienza.
Un día mágico.
Único.
Gracias a ellos por dejarme participar en una boda maravillosa y diferente.