Cuando empezamos los preparativos para nuestra boda, con toda nuestra ilusión y amor, teníamos claro que no queríamos algo normal y tradicional; habíamos planificado cada detalle para sorprender a todos nuestros invitados con nuestra pasión y que cada uno de ellos se sienta parte de nosotros; no eran invitados normales, eran LOS INVITADOS.
En la selección del fotógrafo, Alejandro nos cautivó y nos llegó al corazón con la pasión por su trabajo; buscábamos un fotógrafo detallista y que sus fotos transmitieran los sentimientos de cada momento por los que pasaría nuestra boda. El resultado es el fiel reflejo de esa pasión: entendió y capturó los mejores momentos de cada “parte” de nuestra boda; su presencia fue inadvertida, sin embargo, ¡estaba en todos lados! tenemos las mejores fotos de risas, bailes, abrazos, disfraces, HASTA UNA FOTO DE UNA FOTO!
Cada vez que volvemos a mirar las fotos revivimos la boda y lagrimeamos de emoción; esto solo lo logran los mejores.
Gran profesional, con un trato personal excelente, y su empatía con la pareja para recrear momentos es fantástica e hizo que nos sintiéramos muy a gusto.
El resultado final, sin duda, para enmarcarlo.